Tras servir a los invitados Baucis notó que aunque llenó varias veces los vasos, la jarra seguía llena, por lo que dedujo que eran dioses. Pensó que la comida no estaba a su altura, por lo que Filemón sacó una oca que guardaban. Cuando Filemón se acercó a la oca, ésta corrió hacia Zeus, quien dijo que no hacia falta matar al ave. Después de esto, Zeus avisó que iba a destruir la ciudad y a todo aquel que se negó a darle hospitalidad. Para ello les dijo que ambos tendrían que subir a la montaña con él y no darse la vuelta hasta llegar arriba. Cuando llegaron a la cima, vieron toda la ciudad destruida por una inundación, exceptuando su cabaña, que fue salvada por Zeus y tiempo después convertida en templo. Tras suceder esto, les concedió el deseo de estar unidos para siempre, muriendo al mismo tiempo.
Cuando murieron, Zeus los convirtió en dos árboles que se inclinaban uno hacia el otro: Filemón en roble y Baucis en tilo.
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