miércoles, 17 de abril de 2013

Hades y Perséfone



Hades,el dios del inframundo,se encontraba muy solo en su palacio,ya que ninguna mujer quería casarse con él. Por eso, un día tomó la decisión de buscar esposa aunque para ello tuviese que utilizar la fuerza. Escogió a una mujer dulce y hermosa, Perséfone, hija de Zeus y Deméter. Era amante de la libertad y las flores, por lo que nunca querría vivir en los infiernos. Asique Hades creó un plan para raptarla : esperó a que saliera a por flores y cuando se quedó sola, abrió una brecha en el suelo y la llevó a su reino.

Una vez allí, no hacía nada más que pedir que la dejase regresar con su madre, pero Hades intentaba hacerla cambiar de opinión diciéndole que  sería reina y señora. Su madre, Deméter, buscaba a su hija por todos lados y finalmente el Sol fue quien le contó lo que sucedió. Al enterarse que Zeus dio permiso para raptarla se escondió en la soledad. Esto provocó que la tierra dejase de dar frutos y se convirtiera en un desierto seco, acabando a largo plazo con casi toda la vida en la tierra. Zeus le pidió a Deméter que volviera a dar frutos, pero ella enfurecida le dijo que solamente lo haría si le devolvía a su hija.

Zeus entonces,ordenó a Hades que dejara libre a Perséfone, pero Hades no estaba dispuesto a hacerlo. Ante la furia de Zeus se vio obligado a ceder, pero antes de que se marchara le pidió que tomase uno de los frutos que cultivaba en su reino, la granada. Después de marcharse todo comenzó a florecer otra vez en la tierra, pero al poco tiempo empezó a sentir deseo de regresar al Hades. Ese deseo fue provocado por el fruto, porque quien toma los alimentos del infierno no puede resistirse a volver.

Deméter no quería volver a perder a su hija, por lo que Zeus halló la solución: dos terceras partes del año Perséfone estaría con su madre y el resto lo pasaría con Hades. Por esta razón, cuando Deméter está con su hija en primavera y verano el mundo florece, y en invierno y otoño cuando permanece con Hades, se hielan los campos y caen las hojas de los árboles.




DE HADES A PERSÉFONE

Dime que no tenías hambre ese día.
Dime que no es por lo que tienes que quedarte.
Siete semillas no parecen suficiente
Razón para dejar el profundo amor de una madre.

Quiero creer que tenías opción; 
Que yo estaba escuchando más que mi propia voz; 
Que tu abristes las palmas de tus manos
Para ofrecer tu corazón, no para cumplir con mis exigencias.

Convenceme de que tu quieres estar aquí; 
Que no es mi trato lo te mantiene tan cerca.
Tu me elegistes a mí. Tú me amas. Esto es real.
Ningunas tontas siete semillas que sellaron el acuerdo.

Echa de menos a tu madre cuando la puerta debe cerrarse; 
Amor y dolor cuando te tienes que ir, pero-
Vuelve con nuestros corazones en las mangas; 
Anhelan quedarte aquí, y yo creeré que lo harás.

No hay necesidad de decir, yo sé por qué te vas,
No voy a bloquear tu camino, hacer un gran espectáculo.
Solo dime, que no tenías hambre ese día.
Sólo dime que soy la razón por la que te quedas.